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Thelma & Louis en Roma |
Este
viaje lo escribiré de la manera que fue. Fue el primer viaje que hice con mi
madre al extranjero y la verdad, mereció la pena. Espero poder ayudar a la
gente que desee ir a Roma, que tome algunos consejos que nosotros hicimos y si
alguien tiene alguna duda… ya sabéis, preguntad. Y quien ya haya estado…. Pues
ya sabemos que nos olvidamos muchos sitios, pero ya volveremos.
Italia,
fue por casualidad. Una noche estaba en casa mirando ofertas de viaje así al
tuntún, sin intención de hacer ninguno, cuando se presentó ante mis ojos la
oportunidad deseada: Roma, ida 0,01€, vuelta 19,99€. Mi madre estaba en cama y
la desperté y li dije: “¿Te quieres venir
conmigo a Roma?”. Ella todavía recién dormida se despertó y me dijo “¿Qué, quéeeee?” como diciendo “estás
chalá”. Le comenté lo que había visto en la web. Se lo comenté a mi padre y a
él le pareció de maravilla. Total, que en un mes… estábamos las dos camino a
Roma (otra vez con Ryanair) y pasamos un fin de semana "de la O" (óstia, :P). De
Girona a Ciampino (aeropuerto) y de Ciampino a Termini (estación de tren
principal de Roma). Lo primero que hicimos… como buenas guiris, fue ir a la
librería de enfrente de la estación y compré un mapa. ¡Muy bien! ¿Preparadas? ¿Listas?
COMIENZA LA AVENTURA!
Ni
en un millón de años podríais imaginar las primeras italianas que vimos, lo que
estaban haciendo. A ver como lo explico. Se veía que eran dos mujeres “sin
techo” y con la chola un poco ida. Pero a ver, lo último que se te pasa por la
cabeza, es ver como dos mujeres de unos 70 años (o más) se pongan a… pues eso…
que hagan… ¡Joder! ¿Cómo lo explico? Hacer sus cosas en plena calle. Que
estaban cagando, vamos!!! Así de finamente dicho. Bien, Carmen, bien, Belén,
habéis comenzado vuestra “aventura” mejor imposible. ¿Conclusión? Las mujeres
italianas también cagan, aunque algunas lo hagan en plena calle. jajaja
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Viva el Limoncello |
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Coliseo |
Cogimos Via Cavour para abajo y comenzamos
nuestra hazaña. Como era mediodía, decidimos parar a comer primero y después
continuar del tirón. Total, entramos en un restaurante, comimos nuestra pasta
(a la carbonara y al pesto) y después del panacota del postre le pregunté a la
camarera si tenía “Limoncello” (vaya pregunta Belén, ¡que estabas en Italia no
en los Andes!). Mi madre me preguntó que era, y yo le dije como una orden “Tú fíate de mí, bebe y calla”. Al probarlo dijo: “¡Esto está muy bueno!” Jajaja. Era para
verle la cara. Como un niño que le acababan de dar un caramelo por primera vez.
Total, con el buche lleno, comenzamos nuestra andada al Coliseo. Al verlo… ¡Dios!
¡Cómo impone! ¡Es impresionante!
Total, que nosotras como dos pardillas (pero
lo disimulábamos muy bien) vimos unos hombres disfrazados de romanos. ¡Qué
ilusión! Te trasladaba a la época romana (¡y nosotras somos cristianas!!!)
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¡Los Romanos! |
En
fin, mi madre, se fue a fijar en un romano alto, fuertote, rubito con melenita,
muy guapetón él. “Belén yo quiero una
foto con ese romano”, ya veis a mi madre detrás del romano y el romano en
ver a mi madre le dice: “Cinque euro”.
“¿Qué? ¿5 € por hacerme una foto contigo? ¡Anda
por ahí!” Sí, lo mando, pasado Cuenca.
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Las ruinas que están enfrente del Coliseo |
No entramos en el Coliseo, pero lo
que sí vimos, fueron las ruinas que había enfrente y quedamos maravilladas. Aquello
era precioso. Cada simple piedra tenía su historia y si hablara… uffff!
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Monumento a Vittorio Emanuele II |
No
teníamos destino ni dirección fija, así que vimos un monumento muy grande-blanco
y para allá que fuimos. El monumento grande-blanco era el monumento a “Vittorio Emanuele II”. Una pasada.
Pero
una vez allí, miré el mapa y me di cuenta que estábamos cerca del monumento que yo más ansiaba
visitar la “Fontana di Trevi”.
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La Fontana di Trevi (abarrotada, como no) |
Otra
vez, tricu-tricu las dos, caminando nos adentramos por unas calles hasta que
dimos con la fuente. El monumento me dejó con la boca… vamos, como cuando se le
caía la boca al Doctor Slump, en los dibujos de Arale. ABIERTA. Aunque me
defraudó un poco el sitio, estaba tan escondido entre edificios habitados… no
sé, en ese sentido me llevé un chasco. Pero sigo pensando que para mí, es lo
más bonito de Roma.
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La Piazza di Spagna
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La fuente que nos salvó a más de un turista, por el calor y la sed. |
Compramos
unos refrescos en un chiringuito y llegamos… ¡Tachán! ¡A la Piazza di Spagna!!!!! Aquella
escalinata, aquella iglesia arriba (no subí
porqué no estaba yo como para subir escaleras) pero lo que más me gustó
era la fuente con la barquita que hay a los pies de la escalinata donde podías
coger agua… POTABLE y…. ¡GRATIS!!!!. Hicimos un descansito y… otra vez en
marcha. Pensad que ya llevábamos un ratito caminando.
Seguimos la calle que
había en frente de la escalinata (Via
del Babuino) y allí vimos las tiendas más glamurosas que podíamos imaginar:
Armani, Versacce, Prada… ¡CUANTO GLAMOUR!!! Demasiado para dos guiris pobres
como nosotras.
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Piazza del Popolo |
Al llegar al final de la calle, desembocamos en la Piazza del Popolo. ¡Qué graaaaande!!!!
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Gelatone italiano en Roma (no tiene precio) |
Total, que estábamos tan cansadas que decidimos tomarnos un gelatone como era
debido. Un gelatone en Roma, Italia. Suena bien, eh? Pues eso, que el gelatone
estaba que te cagas en las bragas Felisa.
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Pizza 4 estaciones + Birra (vaya peazo de birra se bebió la mia mamma)
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Ya
teníamos el gelatone en la planta de los pies cuando decidimos ir hacia el
hotel. Nuestro hotel estaba a 3 manzanas del Vaticano y todavía quedaba un
poquito. Así que pasado el puente del río
Tíber decidimos cenar. Mi madre una pizza 4 estaciones con su birra y yo una simple con
tomate, ajo y aceite de oliva y una Coca-cola.
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Vaticano de noche |
El hotel, no era un hotel. Era un apartamento
donde alquilaban habitaciones. El chico nos dijo que nada, que una duchita y a
ir al Vaticano a verlo iluminado. Nosotras le dijimos que no, que estábamos muy
cansadas y que íbamos a descansar. Él insistió y nosotras fuimos bastante
tajantes. Vamos, tan tajantes que al llegar a la habitación, mi madre se echó
en la cama para dormir después de una ducha y yo después de la ducha me vestí.
Ella me preguntó que donde iba y yo le dije: “Al Vaticano. Si estamos al lado. Yo no espero a mañana. Mañana lo veré
otra vez”. “Entonces yo también voy
contigo” me dijo. “¿No estabas tan
cansada?” “Sí, pero quedarme aquí
sola me da yuyu” jajaja. En fin, se visitó y nos fuimos las dos a la plaza
de San Pedro del Vaticano. Creo que fue la mejor idea que nos pasó por la
cabeza. Yo no soy muy religiosa. Somos cristianas, apostólicas y romanas, pero
no practicantes. Pero el ver que poco a poco las columnas de alrededor
comenzaron a iluminarse las enormes lámparas y después le seguían parte del
edificio… ¡Joder! Eso no tiene palabras. Estábamos sentadas debajo de un gran
obelisco que hay en el centro de la plaza y me llamó mi amiga Adela. “Adela, si te digo donde estoy ahora mismo,
no te lo crees”. Me maldijo, me llamó de todo menos bonita… Pero nosotras
hasta que no se encendieron todas las luces, no nos fuimos de allí. Mereció la
pena, la verdad.
Al
día siguiente, nos levantamos tempranito. Desayunamos un poco en el apartamento
(entraban 4 galletas, biscotes, mermelada, café…) y nos pusimos en marcha
enseguida. Volvimos a visitar el Vaticano, pero lo que yo tenía muy claro era
que no iba a entrar. Seguimos la avenida que hay enfrente del Vaticano, hasta
el final, giramos a la izquierda y bordeamos el río.
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Una estatua del Ponte S. Angelo (mirad que pequeñita que salgo) |
¡Dios! Qué bonito es el Ponte S. Angelo. El castillo… vale, sí, un castillo como casi
todos, pero el puente… ¡Qué pedazo de estatuas!! Y no eran pequeñitas, ni mucho
menos.
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Palazzo di Giustizia |
Al cruzar el puente, seguimos la vista desde el otro lado y el Palazzo di Giustizia también valía la
pena. ME TENDRÍA QUE HABER LLEBADO UN
BABERO, COÑO! Teníamos intención de ir a la
Piazza Navona.
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Debajo de la ciudad de Roma, hay otra ciudad |
Lo que me llamó la atención era que bajo los edificios había
ruinas de otros edificios. Eso significaba que las capas de tierra a lo largo
del tiempo, había hecho soterrar la ciudad antigua
de Roma. En mi próximo viaje a Roma, me gustaría visitar la Roma subterránea.
Existe y debe ser la leche visitarla.
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Piazza Navona.... sin palabras |
Unos
pasitos más y… llegamos a la ¡
Piazza
Navona!!! Esa plaza es de otro
mundo. Qué paz, qué tranquilidad se respiraba allí un jueves por la mañana
(supongo que en eso tuvimos suerte al no ir en fin de semana).
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Capuccino y bocata en la Piazza Navona |
En fin, que
estábamos las dos tan embobadas que decidí invitar a mi madre a desayunar. Pero
un desayuno de verdad. Nada de las 4 galletitas del apartamento. La verdad es
que la excusa del desayuno de un bocata y un capuccino, era perfecta para
disfrutar más de la plaza.
Encontrar
el Pantheon fue más difícil. Creo
que nos perdimos. Y si no, dimos más vueltas que un tonto en una feria. Pero
mereció la pena. Allí está enterrado Raphael, y la inmensa cúpula del techo…
emboba a cualquiera. Mi madre no cerró la boca en todo el rato que estuvimos
allí. Estuvimos unos minutos, pero hubiésemos estado bastantes más. ¿Y las
columnas del exterior? Pero si se necesitan 3 personas con los brazos
extendidos para darles la vuelta.
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Mirad!! No me diréis que no os hace pensar con Alfredo Landa en alguna película. jajaja |
De
vuelta a Termini, hubo algo que nos hizo mucha gracia. Vimos a un guarda en una
tarima, dirigiendo el tráfico. Lo primero que me vino a la cabeza fueron las
películas españolas antiguas y al guarda, me imaginaba que era Alfredo Landa.
Jajaja.
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Este es el típico hombre italiano, con su traje y su vespa. |
Otra
cosa, las vespas. Es verdad, hay para dar y regalar. Eso sí, si puedes cruzar
la calle en Roma, lo puedes hacer en cualquier parte del mundo. Allí no se
respeta nada el tráfico. Para que luego digan de los españoles. ¡Ja!! ¿Y la
elegancia? En pleno mes de junio los hombres con su camisa de manga larga y su
americana. Y trajeados y bien guapetones ellos. Las mujeres no las vi yo tan
coquetas.
En
fin, llegamos pronto a Termini y luego a Ciampino. Allí comimos y… de vuelta a
casa por la tarde. En un día y medio nos dimos un tute… Que hay que volver a
repetir.
Ya
he dicho al principio que he contado el viaje tal como fue. Aunque hay algunas
partes censurables que por supuesto no he podido escribir, que las hay. Mi madre no me perdonaría. Jajaja.
Muchas
gracias TRENCEROS y nos vemos con otro viajecito. Ok?