Lista de Las Olayeras de Belén

lunes, 1 de julio de 2013

El primer encuentro sexual


  


La verdad es que después de tanto tiempo sin apenas salir, el hecho de ver a tanta gente, me hace pensar en el carácter de las personas.


Todos sabéis a lo que me dedico a la hora de escribir (chicas, relaciones, sexo…) pero, decirme la verdad ¿Creéis que todo el mundo es cómo aparenta? Me refiero, a… pues eso, íntimamente, en la cama. Muchos de los chicos chulitos que van de duros, luego resulta que no valen nada en la cama y al revés también. Algún chico del que nunca os habríais fijado y después resulta que es fantástico en el tema.

No me digáis que muchas veces en cuanto habéis visto a un chico, no os habéis llegado a preguntar cómo sería… en la intimidad, en la cama. Lo siento, pero quien diga que no… ¡MIENTE COMO UNA BELLACA!!!

Quien no se ha fijado nunca en la nariz respingona de Brad Pitt, los ojos de Warrick Brown, el cuerpo de William Levy, la seducción de George Clooney, Matt Bomer, Sawyer (de Lost)…  (Belén que te pierdes) Bien, centrémonos. No me digáis que NUNCA os los habéis imaginado en la cama. Porque vamos… (El hambre me está afectando).

Mucha gente da por hecho de que yo practico todo lo que escribo. Pues no. No os confundáis. También cabe decir, que tengo una edad y que algo sé (para qué nos vamos a engañar). No soy precisamente una monja, pero vamos, creo que mi vida sexual, aquí a nadie le importa. Simplemente escribo cosas que sé que a muchas de vosotras os gustaría practicar. Y me consta que a muchas os he dado alguna idea.  A lo mismo, que algunas también me habéis dado ideas a mí (¡Gracias!).

Vamos a ver, ahora no seáis “gilipollas” y a la mínima que se os presente un pivonazo o el chico por el que habéis estado suspirando durante tiempo, o 1: os hagáis las estrechas, o 2: os hagáis las duras, o 3: esperéis que os lo hagan todo. ¡NO! Os lo tengo dicho montones de veces. El sexo está para disfrutarlo en pareja. Es cosa de dos y los dos os lo tenéis que pasar bien.



Mimos: Donde estén unos buenos previos, que se quiten todos los mete-saca del mundo. Si os acordáis, tanto OLAYA como LUCY disfrutaron así del sexo con Eduardo y con Johan. Es más, Johan sabía que a LUCY le faltaba cariño en su vida sexual. Y ella descubrió cosas que ni imaginaba que existían.



Juguetes: Mirad, qué queréis que os diga: Esposas, pañuelos, consoladores, bolas chinas con mando a distancia,  juguetes en general, yo estoy de acuerdo con todo eso, pero ni se os ocurra en la primera cita. Si el chico ya comienza así en la primera cita… le quita todo el romanticismo y manda a paseo la noche. ¡Ojo! Siempre y cuando hablemos de sexo, esperando algo más. Si es un simple polvo… HACER LO QUE OS DÉ LA GANA.




Caricias, lamidas, besos… ¡BIENVENIDOS SEAN!!!! Vuelvo a decir lo mismo de antes: A quien no le gusten…. ¡MIENTE COMO UNA BELLACA! Yo salía con un chico, que en eso era bastante parco y la verdad, cuando conocí a otro que me lo daba… ufff, (todavía me emociono al recordarlo)



Lubricantes: Recomiendo TODOS los del mercado. Desde velas masajeadoras, geles aromáticos y potingues varios. Además hay algunos que huelen tan bien, que parecerá que llevas loción corporal y de vez en cuando os recordará la noche anterior.



Masturbación mutua: SIEMPRE de la LIFE. No hay que explicar mucho más, ¿no? Además, se puede hacer en un montón de sitios. PONERLE IMAGINACIÓN.



Sitios: ufff… casa, campo, playa, montaña. Aunque todos tienen algún inconveniente… hay que mirar el lado bueno. Que sí, que sé que la arena de la playa es algo molesta (y acabáis como croquetas), pero el rumor de las olas seguro que os lo hace olvidar. Campo… que sí que las ramitas, las piedrecitas y esas cosas, como que fastidian un poco. En fin, echarle imaginación a la cosa.



Vivir la noche como si fuera la última. No penséis que es un polvo y que el siguiente se puede mejorar. ¡NO! ¿Y si al día siguiente no le volvéis a ver? “CARPE DIEM”. Pues eso, que os quiten lo “bailao”.



Posturas: Uf, ahí… ya he dado demasiadas ideas en el tema, en muchas ocasiones. Desde el misionero, las escaleras, de lado, a cuatro patas, de pie…  

Os recuerdo la primera vez que Lucy y Johan se acostaron (en mi libro LUCY):

"Paramos junto a la cama y se colocó frente a mí. Se dedicó unos segundos para mirarme. Agarró el borde de mi jersey y lo subió, hasta quitármelo. En ningún momento me apartó la mirada. Se posó tras de mí, me besó el hombro y el cuello. No pude evitar estremecerme. Cerré los ojos y sentí aquellos labios en mi piel. Sus manos me acariciaron la espalda y se deslizaron en mi estómago. Volví a dar un respingo y a dar un tímido gemido. Mi bajo vientre me estaba dando señales. Me rodeó y se colocó frente a mí. Bajé la cabeza, pero me la levantó con sus dedos, para obligarme a mirarle a los ojos. Los tenía fijos en los míos, se acercó y me besó de nuevo. Su lengua se introdujo dentro de mi boca y comenzó a explorarla. Aquel beso se alargó y pasó a ser sonoro. Mis manos se alzaron por instinto y se colocaron en su cuello. Las suyas bajaron al botón de mis vaqueros, lo desabrocharon y bajaron la cremallera. Introdujo sus dedos en el interior de la cintura del pantalón y tiró para abajo, para desprenderse de ellos. Levanté mi pierna y me ayudé a quitármelo. Me quedé en ropa interior. Me gustaban sus besos, tengo que reconocerlo. El chico besaba bien, muy a mi pesar. Y le gustaba. Él también comenzó a deshacerse de su ropa sin abandonar mis labios. Nos estábamos dejando llevar y por lo visto, nuestros cuerpos cogieron el control. Estábamos los dos en ropa interior, de pie y seguíamos con nuestra particular batalla. Pasó sus manos por mi cintura, hacia mi espalda y las levantó hasta alcanzar el cierre del sujetador. Lo abrió, bajó las tiras, me lo quitó y restregó sus manos hacia delante hasta posarse en mis pechos y acariciarlos suavemente. Mis pezones estaban duros y me dolían. Aquello hizo que mi sexo palpitara con fuerza. Separó sus labios de los míos, me miró a los ojos, luego a la boca y me acarició la mejilla. Su respiración se notaba agitada.

_Me gustas Lucy – me susurró - Y te lo voy a demostrar.

Con cuidado, me tumbó en la cama y me quedé boca arriba. Se deshizo de mis bragas y acto seguido él también se quitó sus calzoncillos. Y allí estaba yo. Con un chico joven, totalmente desconocido, en su cama y a punto de echar un polvo. Quería estar nerviosa, pero de repente, lo único por lo que me sentía excitada, era por el momento. Aquel chico estaba cumpliendo con lo que me había prometido y estaba dispuesto a dar más. Se echó junto a mí y con sus dedos comenzó a recorrer desde el interior de mis muslos, pasando por mi sexo, mi ombligo, mi costado, mi pecho y llegando a mi cuello. Mi cuerpo comenzó a calentarse más si cabía. Estaba mojada y me daba vergüenza, pero no era momento de mostrar pudor alguno. Volvió a bajar la mano y se posó en mi pezón. Comenzó a dibujar círculos alrededor de él y al tocar el centro, gemí levantando mi cadera. Se posó encima de mí y se inclinó a la altura de mi pezón, para ponérselo en la boca. Primero jugueteó un rato con su lengua, volviendo a dibujar círculos alrededor, para después darle un leve mordisco y succionarlo. El momento del mordisco me hizo retorcer y volver a levantar la cadera. Posé mis manos en su cara y le busqué para que me besara. Y vino a besarme. Me besó tan lentamente y tan apasionadamente, que noté como mi cadera iba serpenteando. Sus manos me acariciaban el costado… el muslo… aquello hacía que pidiera más. Bajó su mano, la posó encima de mi sexo y con sus dedos comenzó a dibujar círculos en mi clítoris. Comencé a gemir a medida que su lengua seguía en mi boca. Aquello me estaba gustando y la humedad de mi bajo vientre me estaba delatando. Separó sus labios de los míos y bajó a la altura del cuello para seguir besándome y lamiéndome. Seguí gimiendo, mis manos le acariciaban y abrí más las piernas. Quería que me penetrara. Más besos por todo mi cuerpo y aquellos dedos que no dejaban de darme placer en mi clítoris. Hasta que paró. Me miró, se mordió su labio inferior y alargó la mano a la mesita de noche, para abrir un cajón y sacar de allí un paquetito. Era el condón. Lo abrió y miré aquel paquete con deseo. Aquello tenía algo que sabía que me iba a rematar la faena. Y si se movía de la misma manera que me había estado… mimando, todo aquel rato... Aquello prometía. Se lo colocó con cuidado, me besó el pecho, pasó los dedos por mi sexo mojado y se los metió en la boca. Me miró a la cara, me sonrió levemente, se posó encima de mí y me penetró. Apenas sentí aquella entrada. Estaba tan mojada, que le fue tan fácil… se acercó a mí y me dio un leve lametón en los labios. Cosa que hizo que yo fuera en busca de su lengua. Le gustó mi reacción y volvió a repetirla, para yo darle caza al final. Aprisioné su lengua y la succioné. Se separó, me miró la boca y comenzó a moverse lentamente. Aquel ritmo era tan… perfecto. Aquel mete-saca no tenía intención de tener prisa y me hacía disfrutarlo a cada movimiento. Me abracé a él y comencé a besarle el hombro. Me sentía bien y estaba gozando lo que me estaba dando. Y comenzó a acelerar. Aquello era… especial. Se movía más rápido, pero su mirada no dejó en ningún momento de desconcentrarse de mi boca. Fue allí donde la fijó y cuando él llegó, lo que hizo fue darme un largo beso antes de dejarse caer junto a mí. No pensé que me costaría tan poco el llegar al orgasmo".